Aventura compartida entre generaciones: Barranquismo en familia
Aventura compartida entre generaciones: Barranquismo en familia

El pasado fin de semana, la localidad de Espadilla, en el interior de Castellón, se convirtió en el escenario de una experiencia pionera que unió naturaleza, deporte y convivencia intergeneracional. Se celebró allí la primera edición del Barranquismo en Familia FEMECV, una jornada que reunió a cerca de 30 participantes —niños, niñas y personas adultas— con un objetivo claro: acercar el deporte de montaña a las familias, desde el juego, el aprendizaje y la seguridad.
Organizada de forma conjunta por las vocalías de Barrancos y de Juventud y Familia, la actividad fue coordinada por personal técnico especializado, que garantizó una experiencia segura, formativa y muy divertida para todos los públicos. Y es que este tipo de iniciativas suponen mucho más que una propuesta de ocio: son una puerta de entrada al montañismo para los más jóvenes, un punto de encuentro para las familias y una apuesta estratégica por el relevo generacional dentro del colectivo federado.
Descendiendo el río, descubriendo la montaña
La jornada tuvo como protagonista el barranco del Río Pequeño, un entorno ideal para este tipo de actividades por su accesibilidad, belleza natural y caudal moderado. Allí, los grupos —formados por menores acompañados de sus madres, padres o personas responsables— disfrutaron de una travesía acuática con descensos, toboganes, rápeles suaves y dinámicas de grupo. Todo ello supervisado por el equipo técnico, que también facilitó el material necesario y explicó el uso de los equipos de seguridad.
Para muchas de las personas más jóvenes, esta fue su primera toma de contacto con el mundo del barranquismo, lo que convirtió la actividad en un momento muy especial: emoción, aprendizaje, confianza mutua y, sobre todo, una conexión directa con la naturaleza desde el respeto y el juego compartido.
Una jornada que deja huella
A lo largo del día, el ambiente fue inmejorable. Las familias compartieron no solo la aventura acuática, sino también momentos de descanso, conversación y risas. Una vez concluida la actividad, el Ayuntamiento de Espadilla —gran colaborador en esta jornada— ofreció un almuerzo popular para todas las personas participantes. La hospitalidad fue total: “nos trataron como si fuéramos del mismo pueblo”, señalaron desde la organización.
Durante la comida, se hizo entrega de una placa de agradecimiento institucional al Ayuntamiento, en reconocimiento a su implicación en la acogida de esta propuesta. Además, se celebró un pequeño sorteo de regalos para los más jóvenes, que puso el broche final a una jornada que, según palabras de quienes participaron, “fue un éxito total”.
Un impulso a la participación familiar en la FEMECV
Desde la Vocalía de Juventud y Familia de la FEMECV destacan que esta ha sido la primera vez que se lleva a cabo una jornada de barranquismo con un enfoque específicamente familiar, y que la valoración no podría ser más positiva:
“Ha sido una experiencia muy gratificante. Hemos visto a niños y niñas disfrutar con sus familias, compartir retos y conocer un deporte que muchos ni siquiera sabían que existía. Esto es el futuro de la montaña.”
Por su parte, la Vocalía de Barrancos subraya la importancia de abrir este tipo de disciplinas a nuevos públicos:
“El barranquismo puede ser una práctica muy segura, divertida y educativa si se hace bien. Y esta actividad ha demostrado que también puede ser una herramienta potente para educar en valores y fomentar el interés por los deportes de montaña entre los más jóvenes.”
Rejuvenecer la Federación desde la base
Esta propuesta se enmarca en una línea estratégica clara de la FEMECV: apostar por la juventud y las familias como pilares del futuro federativo. Generar espacios inclusivos, accesibles y lúdicos donde niñas, niños y adolescentes se sientan bienvenidos y protagonistas es una necesidad urgente para garantizar el relevo generacional y la continuidad de los valores montañeros.
“Queremos que las familias encuentren en la FEMECV un espacio seguro, enriquecedor y activo. Este tipo de actividades no solo ayudan a crear comunidad, también refuerzan los lazos entre generaciones, fomentan la educación ambiental y consolidan el sentimiento de pertenencia”, añaden desde el área de Juventud.
Las imágenes compartidas por participantes muestran caras de alegría, agua salpicando sonrisas, miradas de complicidad entre peques y mayores, y un entorno natural que ofreció lo mejor de sí. Si algo ha quedado claro es que el formato funciona, emociona y engancha, y que la demanda para futuras ediciones será aún mayor.
¿Y ahora qué?
Tras esta primera edición, el equipo organizador ya trabaja en nuevas propuestas familiares dentro del calendario FEMECV, con la intención de consolidar un programa anual de actividades dirigidas a familias. Desde barranquismo hasta escalada, senderismo o acampadas educativas, el objetivo es seguir construyendo una federación viva, diversa y conectada con las nuevas generaciones.
Están en marcha dos Campus de Verano Juveniles, uno de Escalada y otro de Montañismo, que llevan ya cuatro ediciones, y que este año ha superado las expectativas de participación.
Si formas parte de un club, eres una persona federada o simplemente una familia interesada en el deporte de montaña, permanece atenta/o a próximas convocatorias a través de nuestra web y redes sociales, o escribiendo a joventut.familia@femecv.com
Desde la FEMECV queremos dar las gracias al Ayuntamiento de Espadilla, al equipo técnico, a las vocalías implicadas, a cada familia participante y, muy especialmente, a las niñas y niños que llenaron de energía esta actividad.